Imaginá estar en silencio y empezar a escuchar un zumbido o un pitido agudo que nadie más percibe. Eso es lo que viven millones de personas en el mundo: el tinnitus, también conocido como acúfeno. Aunque no se trata de una enfermedad en sí misma, suele ser la señal de que algo en nuestro sistema auditivo no está funcionando como debería.
No todos lo sienten o perciben de la misma manera. Algunos lo describen como un silbido, otros como un zumbido parecido al de un mosquito o incluso como un ruido blanco constante. Puede aparecer en un solo oído o en ambos, ser intermitente o estar presente todo el tiempo. Lo más desafiante es que, al no provenir de una fuente externa, la persona siente que “el ruido está dentro de su cabeza”.
Una de las principales causas del tinnitus es la exposición a ruidos fuertes. Y no hablamos solo de maquinarias pesadas o de trabajos en construcción, como solemos imaginar. El daño auditivo también puede surgir en contextos cotidianos: una maestra en medio de un recreo escolar, un fotógrafo de eventos trabajando al lado de los parlantes, un bartender en un boliche con música ensordecedora o un músico que ensaya frente a amplificadores. Situaciones comunes que, repetidas en el tiempo, terminan dejando huella en la audición.
Por eso la prevención es fundamental. Cuidar los oídos antes de que aparezcan los síntomas puede marcar la diferencia. El uso de protectores auditivos que reducen los decibeles del entorno permite disfrutar de la música, del trabajo o de la vida social sin que esa exposición termine dañando de forma irreversible la audición. Adoptar hábitos simples como éste puede evitar que el tinnitus llegue a convertirse en un problema.
¿Y si el tinnitus ya está presente?
Cuando el tinnitus aparece, deja de ser una simple molestia para convertirse en un problema cotidiano que acompaña día y noche. No solo puede alterar la posibilidad de conciliar el sueño, sino que también afecta la concentración y el estado de ánimo: ese pitido constante se impone en los momentos de silencio y termina desgastando.
Aunque hoy en día no existe una cura definitiva, sí hay maneras de aliviar los síntomas y mejorar la calidad de vida. Evitar nuevas exposiciones al ruido es fundamental, porque cada vez que el oído se enfrenta a volúmenes elevados el tinnitus puede intensificarse. En este punto, los tapones auditivos vuelven a ser aliados indispensables: no eliminan el zumbido que ya existe, pero protegen frente a ruidos que podrían empeorarlo y ayudan a mantenerlo bajo control.
Además, existen otras herramientas que pueden hacer más llevadero el día a día. Muchas personas recurren a terapias de sonido, como por ejemplo playlists con sonidos ambientales (lluvia, mar, bosque) que ayudan a enmascarar el zumbido, especialmente al dormir. También resultan útiles las técnicas de relajación: meditación o respiración que ayudan a reducir el estrés, que es un factor que suele intensificar el tinnitus. En algunos casos, los especialistas recomiendan terapias cognitivo-conductuales, que no hacen desaparecer el sonido, pero sí modifican la manera en que la persona lo percibe y maneja emocionalmente.
Estas son solo algunas de las técnicas más habituales, pero cada experiencia con el tinnitus es distinta y lo que funciona para una persona puede no ser lo ideal para otra. Lo importante es entender que no estás solo: millones de personas en todo el mundo conviven con este zumbido y cada una lo atraviesa de manera única. Reconocer las propias necesidades y buscar las herramientas adecuadas es el primer paso para recuperar calidad de vida y aprender a manejarlo.
Hipoacusia e hiperacusia: distintas formas en que el tinnitus afecta la audición
El tinnitus no siempre aparece solo; muchas veces viene acompañado de cambios en la manera de escuchar. En algunos casos se asocia a hipoacusia, una pérdida de audición que hace que ciertos sonidos se perciban más débiles o directamente se pierdan. En otros, ocurre lo contrario: la hiperacusia, donde ruidos que normalmente serían tolerables —como una risa fuerte, un portazo o un tono agudo— se sienten mucho más intensos y hasta dolorosos. Estas situaciones generan una gran incomodidad en la vida diaria y hacen evidente la necesidad de encontrar herramientas que ayuden a sobrellevarlo.
En este punto, los tapones auditivos se convierten en un aliado fundamental, aunque deben usarse con criterio. No se recomienda llevarlos en ambientes silenciosos, porque eso puede intensificar la percepción del tinnitus o de la hipersensibilidad. Su verdadero valor aparece frente a la exposición a ruidos elevados, donde reducen los decibeles a un nivel seguro: ayudan a evitar que la pérdida auditiva avance y, al mismo tiempo, alivia la incomodidad que generan los sonidos demasiado intensos.
Ahora bien, no todas las personas tienen las mismas necesidades. En Earzy contamos con distintos modelos para acompañar las diferentes realidades. Los modelos cerrados (Focus o Crystal) ofrecen una reducción mayor de decibeles, pensados para quienes sufren hiperacusia y requieren un alivio más fuerte frente a ruidos que les resultan intolerables. En cambio, el modelo con cavidad y filtro (Beat) atenúa el volumen sin perder nitidez, ideal para quienes sienten que los tapones completamente cerrados intensifican su tinnitus.
Sabemos que no existe una única respuesta: cada oído, cada historia y cada percepción del sonido, es distinta. Por eso, lo más importante es reconocer las propias necesidades y encontrar el tipo de protección que mejor se adapte a ellas. Lo que sí es común a todos es el objetivo: prevenir, cuidar la salud auditiva y mejorar la calidad de vida frente a los desafíos del tinnitus.